martes, 8 de noviembre de 2016

Honduras: Reelección, ¿porqué no? Por El Chele* Atrevido

Tage Erlander, Ministro de Estado 1946-1969, reelegido siete (7) veces. Encabezó ocho gobiernos socialdemócratas, respaldado por el partido comunista y el movimiento popular sueco. Los gobiernos fueron caraterizados por estabilidad y desarrollo social y económico.




Reelección, ¿porqué no?
Por El Chele* Atrevido

Esta mañana el ex general Romeo Vázquez, el militar que encabezó el golpe de estado en Honduras el 28 de junio de 2009 declaró que sí va el tema de la reelección en Honduras, “va a ser la misma dictadura como en Nicaragua o en Venezuela”.

No dijo “como la dictadura en Estados Unidos”, donde existe el derecho a reelegirse.

O “como la superdictadura en Suecia”, donde Tage Erlander, Ministro de Estado (equivalente como presidente de gobierno en España) del partido socialdemócrata fue elegido ocho (8) veces, entre 1946-1969.

Es decir, fue reelegido siete (7) veces al cargo como el real Papa del reino sueco (nunca escucho el general&Cia hablar de las dictaduras nuestras que efectivamente son los reinos europeos, los más antidemocrático del Siglo XXI).

¿Qué caracterizaba la época 1946-1969 en Suecia?

Pues el Programa de post-guerra del movimiento obrero, socialdemócrata-comunista fue poco a poco realizado por los gobiernos socialdemócratas, respaldado por el Partido Comunista de Suecia (PCS).
Un intenso programa social-económico de construir un millón de viviendas, una digna jubilación, reforzamiento del sector de salud y educación gratuita hasta la universidad, apoyo y solidaridad con la lucha anticolonial de los pueblos y los movimientos de liberación nacional, como el Congreso Nacional Africano, liderado entonces por Nelson Mandela, solidaridad con la lucha del pueblo vietnamita contra los agresores imperialistas estadounidenses, etcétera. Fue un programa POLÍTICO con identidad y fue respaldado por las masas populares suecas.

Lo que escuchamos ahora sobre “la dictadura”, lo escuchábamos también por parte del partido de la derecha sueca, Högerpartiet, que en su desesperación decía que había “institucionalizado una dictadura, imposible de sacar”.
Me hicieron recordar esas frases de la derecha sueca cuando cubrimos la campaña electoral en Nicaragua, en donde la derecha muestra la misma desesperación como la sueca por no poder tumbar al gobierno sandinista.
¿Porqué no puede? Sencillamente porque no tiene programa político más que el mismo disco rayado de privatización, reducción del sector público y social. Y así no se gana las elecciones, menos en un país donde el gobierno como del sandinista ha tenido muchos éxitos en la economía durante los dos periodos 2007-2016.

En Honduras las emisoras, los canales de televisión u otros medios digitales se dedican de hablar días y noches sobre la reelección. La oposición hace lo mismo y pelean entre ellos, internamente en los partidos también pelean, como el caso de Libre.

Se convoca “las masas para protestar contra el intento del dictador de reelegirse”, y no llega casi nadie. Y la gente de la oposición se vuelve más desesperada, resignada y en forma obsesionada hablan aún más fuerte contra la REELECCIÓN.

Mientras tanto, el presidente JOH sigue muy seguro en su plan estratégico de transformar la sociedad hondureña, no digo que es bueno o malo, pero sigue su curso sin desviar una pulgada.

¡Que son pendejos! diría Facundo Cabral.

¡”La oposición tiene que unirse para impedir al dictador y sus planes”! grita el director de Radio Globo David Romero en cada programa.

¿Y la política, que política tendría esa alianza opositora aparte de impedir a JOH de ser candidato presidencial?

Unir Libre, que ´Mel´ Zeleya dice es un partido revolucionario y socialista, ¿con un Partido Liberal, dirigido por Mauricio Villeda que participa en los eventos de la extrema derecha latinoamericana junto con José María Aznar y Mario Vargas Llosa y que no considera el golpe de estado como un golpe de estado?

O ¿unir Libre con PAC, Partido Anticorrupción que tiene un líder, Salvador Nasrala, que prefiera la política de la dictadura de Pinochet ante el gobierno de la Unidad Popular del derrocado y asesinado presidente Salvador Allende?

Entonces, ¿Qué lo que queda de la “unidad opositora”?

Mientras la oposición pelea, sondea y planea para las elecciones el próximo año, el Partido Nacional, unido y fuerte, sigue el curso neoliberal. La extrema pobreza, dice un nuevo reporte publicado hace dos semanas, aumentó el más reciente año con seis (6) por ciento. La pobreza llega casi a 70 por ciento, la violencia no para y los muertos son reportados por los medios en Honduras como el registro de la fluctuación del nivel de las acciones que se observa en Wall Street.

Mientras tanto pelean los opositores sobre la reelección.
¿Y el pueblo? ¿No tienen confianza en la fuerza del pueblo?
¿Quizas el pueblo no tiene más confianza con la oposición, porque no hay resonancia por el dolor del pueblo, el hambre y la explotación del pueblo.

Y la continuidad, ¿que nos dicen las experiencias de Nicaragua? ¿Negativas o positivas? El General no tocó ese tema.

Tage Erlander, el Ministro de Estado que fue reelegido siete veces era el hombre más tranquilo, nunca gritaba o levantaba la voz contra sus adversarios. Sus ocho gobiernos se caracterizaban por la CONTINUIDAD que a su vez impulsaba un clima social y político estable que favorecía las inversiones y el desarrollo del país.
Claro, Suecia no participaba en la guerra y toda su estructura industrial estaba intacta cuando las ruedas comenzaron a trabajar 1945 en la Europa destruida. Favoreció, sin duda, el desarrollo. Pero los trabajadores, como en todo el mundo, eran organizados y lograron hacerse escuchar, pero solo unidos y fuertes.