En un ataúd pasó Roy Díaz su tercer día en
huelga de hambre en contra la reelección del presidente hondureño, Juan Orlando
Hernández. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON.
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[Video] Honduras: Huelga de hambre contra la reelección del presidente
hondureño, Juan Orlando Hernández [1-2]
Por Dick
& Miriam Emanuelsson, Resumen Latinoamericano
TEGCUIGALPA
/ 2017-01-04 / Roy Díaz, militante del Partido Libertad y Refundación, Libre y
de la Resistencia inició el lunes pasado una huelga de hambre indefinida en
contra de la decisión del presidente Juan Orlando Hernández de postularse
nuevamente a la presidencia.
Nicaragua y Europa
Daniel Ortega (FSLN). Foto: Jairo Cajina. |
El 5 de
noviembre fue reelegido por tercera vez
el comandante sandinista Daniel Ortega en las elecciones presidenciales en
Nicaragua. Esta vez obtuvo el doble de votos de los que recibió hace diez años;
72,5 por ciento del pueblo nicaragüense votó quizás más por el modelo económico
y social del gobierno sandinista que al mismo candidato Ortega, decía en una
entrevista que le hicimos al asesor presidencial Orlando Núñez a final del mes
de octubre 2016.
Casi
todos los países en Europa están abiertos para poder postularse nuevamente un
presidente. Como el caso de Suecia, en donde el socialdemócrata Tage Erlander
fue elegido por su partido a Ministro de Estado del Reino de Suecia en las
elecciones de 1946. Y se quedó en ese cargo siete veces más, hasta el año 1969.
Ese tiempo fue caracterizado por una estabilidad política y desarrollo económico
respaldado por el Partido Comunista de Suecia, el núcleo del movimiento obrero,
unido en el Programa de la Postguerra del Movimiento Obrero que ambos partidos
apoyaban. Durante estos años Suecia creció y se destacó por un desarrollo que
algunos en el exterior creían era un “socialismo nórdico”, lo que fue una gran
ilusión.
Pero ¿por
qué se puede postular a la presidencia en otros países pero no en Honduras?
preguntamos a Roy Díaz.
– La
huelga de hambre no es en contra del concepto de la reelección por que ese
concepto es universalmente reconocido. El problema es el mecanismo que utilizó
el ciudadano Juan Orlando Hernández para tratar de legalizar al arbitrio
convivencia del proceso de reelección, violentando la constitución de la
república que plantea que no se puede reelegir. Juan Orlando sí quería
reelegirse, pretendía reelegirse. Cree que su gobierno tiene niveles de
aceptación dentro de la población hondureña como para que soportemos cuatro
años más. Debió haber consultado a través de un plebiscito legalizado o la
asamblea nacional constituyente que postulamos desde el Frente Nacional de la
Resistencia y ahora el Partido Libre.
Asamblea Nacional del Frente Nacional de la Resistencia Contra el Golpe. FOTO: MIRIAM E. |
Movilizada la Resistencia
recolectando 1,4 millones de firmas
Durante
plena dictadura después del golpe de estado militar en el año 2009, el Frente
Nacional Contra el Golpe de Estado (posteriormente Resistencia Popular)
promovió la campaña de recolección de más de 1,4 millones de firmas en todo el
país. Fue una práctica que en ciertas formas funcionó al mismo tiempo como una
gran escuela de formación política de los decenas de miles de hondureños que
promovían la campaña en Honduras. Cuando se preguntaba al vecino, al compañero
de la obra de construcción, o los clientes de la pulpería (tienda del barrio)
si querían firmar la exigencia por una Nueva Constitución Política de la
República de Honduras, pues esas conversaciones con sus compatriotas tuvo como
efecto una elevación inmensa en la consciencia política de ese ejército de
“Resistentes”. Lograron juntar la increíble cifra de 1,4 millones de firmas
para exigir una nueva constitución que quitaría el monopolio de la política del
poder fáctico en Honduras.
Tanto
esos Resistentes como la población en general que firmó la petición, sabían que
su firma era una acción con consecuencias peligrosas, porque la dictadura, con
el respaldo del Comando Sur y la CIA, levantaban perfiles de cada Resistente y
cada hondureño que se atrevía a poner su firma por la Nueva Constitución.
“La Cuarta Urna” y el golpe
de estado
Durante el pleno golpe de estado militar el 28 de junio, los activistas siguieron recolectando firmas para la 4a Urna. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON |
El
derrocado presidente Manuel Zelaya propuso en 2009 una consulta popular no
vinculante jurídicamente para que fuera efectuada el 28 de junio de 2009,
llamada “la Cuarta Urna”. La pregunta que se haría al pueblo era si estaba de
acuerdo que en las elecciones generales y presidenciales en noviembre del mismo
año se instalara “una Cuarta urna en la cual el pueblo decidiera la
convocatoria a una asamblea nacional Constituyente”. La respuesta del Poder
Fáctico fue violenta, derrocando con el respaldo de la Corte Suprema y la
Fiscalía al presidente democráticamente elegido.
Juan
Orlando Hernández era diputado y avalaba (como el 95 por ciento de los diputados
del congreso nacional) el golpe cuando él y sus correligionarios, junto con
los liberales, confirmaron y acordaron la decisión de ordenar a los generales
de derrocar al presidente Zelaya y reemplazarlo por el presidente del congreso,
Roberto Micheletti, del Partido Liberal. El argumento era que Zelaya había
violado los artículos “pétreos”, es decir artículos en donde la constitución ni
siquiera dejaba a los hondureños el derecho de abrir la boca y mencionar la
palabra “reelección”, porque era equivalente a “Traición a la Patria”. Para un
europeo o norteamericano sonaba más insólito que ´la Guerra de las Galaxias´.
Juan
Orlando sabía eso cuando estrenaba la presidencia en enero de 2014. Hizo
entender que su meta era ser reelegido. Por eso, dice Roy Díaz, las primeras
decisiones de Juan Orlando era tomar el control del aparato judicial para así
abrir el camino para legalizar su deseo de reelegirse. Según Díaz, Juan Orlando
Hernández violó todo cuando promovió el reemplazo, a través del Congreso
Nacional, de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, la Corte
Constitucional y el Poder Judicial. Con ese poder en su mano, el camino para
legitimar el derecho a postularse nuevamente, estaba abierto.
Por eso Roy
Díaz se encuentra en una huelga de hambre para llamar la atención al pueblo
hondureño de combatir e impedir lo que ellos llaman la “confirmación de la
dictadura” a través de la reelección.
– Es un
delito que no se prescribe. Es decir, tarde o temprano, cinco o diez o veinte
años va a tener que pagar tanto Juan Orlando como la Corte Suprema de Justicia
o los partidos políticos que votaron a favor de la inscripción de Juan Orlando
Hernández (a la planilla a la presidencia).