viernes, 2 de febrero de 2018

Honduras: 2500 detenciones durante protestas que son enjuiciadas en el Batallón del Ejército

El abogado y defensor legal de los presos políticos hondureños, Benedicto Santos.






Honduras: 2500 detenciones durante protestas que son enjuiciadas en el Batallón del Ejército

POR DICK & MIRIAM EMANUELSSON

TEGUCIGALPA / 2018-02-02 / Las fuerzas militares y policiales hondureñas son acusadas por los organismos de DDHH de haber matado por lo menos 26 hondureños en protestas desde el 29 de noviembre 2017. Pero los hondureños que son enviados a los tribunales son enjuiciados, contradictoriamente, en los Batallones del Ejército. Otros son enviados a la cárcel de máxima seguridad en el departamento de Santa Bárbara, ocho horas en bus e internados con asesinos y delincuentes de alta peligrosidad.

Este oscuro panorama nos da el abogado Benedicto Santos, defensor legal de los casos más emblemáticos de los 2500 hondureños que han sido detenidos por las fuerzas militares desde que comenzaron las protestas en lo que la oposición política hondureña considera “un monumental fraude electoral”.

“En total son 2500 detenciones y las tenemos clasificadas. Unos han sido liberados en la misma posta policial. Tenemos detenciones que han sido judicializadas y que en los juicios se ha logrado el sobreseimiento. Tenemos detenciones de casos que han sido judicializados pero con medidas y tenemos 25 detenciones que son emblemáticas; son judicializadas y enviadas a la cárcel de máxima seguridad en el municipio de Ilama (150 kilómetros de la frontera con Guatemala y ocho horas de bus de la capital hondureña) en el departamento de Santa Bárbara. Ellos son presos políticos”, dice el abogado Benedicto Santos.

Video, 43 minutos:  Entrevista con el abogado Benedicto Santos

Hoja de Vida “limpia”

En total son 100 personas judicializadas en el país, dice cuando lo entrevistamos al frente de la sede del Colegio de Abogados en Honduras, un colegio, según Santos, que junto con el Colegio de Periodistas son los más corruptos y cómplices con la política de impunidad del gobierno nacionalista bajo la batuta del presidente Juan Orlando Hernández.

“Vemos una cantidad exagerada de presos y un tema muy puntual es que no van a encontrar una hoja de antecedentes ´dañada´, es decir que son [los presos] ´limpios´. Sin embargo el régimen está buscando apartar la cuestión política y vincularlos con otros tipos de delitos que son del orden común. Por ejemplo, a la mayoría de los que detienen les pone una bomba molotov, o les pone una pistola y les acusa por portación ilegal de armas, o les señala otros delitos que sean distintos totalmente de lo que dio origen a esta lucha que es la protesta”.

Protesta política se vuelve “acción terrorista”

“El régimen sale diciendo que no hay presos políticos en Honduras, los que hay son detenidos que cometieron un acto delincuencial, es totalmente inequívoco. Ayer, siete compañeros y un regidor en el municipio de Villanueva, departamento Cortés (en la costa del norte/Caribe), se acusaban a esas personas de cinco delitos; daños, incendio (de una posta policial) agravado, terrorismo, u otros casos delictivos, para justificar que ellos no son presos políticos sino presos comunes. Uno de estos siete fue postulado a la alcaldía en Villanueva por el partido socialdemócrata Pinu y los siete fueron liberados, agrega Santos.

¡“Es un régimen 100 % mentiroso”! resume el abogado.

Durante el año pasado el Congreso Nacional, bajo la influencia del partido gobernante, introdujo una Ley Antiterrorista en la cual una persona que coloca una llanta en la carretera es considerada terrorista y en los casos que sea enjuiciada puede ser sentenciada a cárcel entre 4-12 años.



Presos políticos con “mareros y pandilleros”

El abogado Santos dice que el gobierno construye cárceles pero no hospitales. En las afueras de Tegucigalpa, la capital de Honduras, se encuentra otra cárcel de máxima seguridad. Ahí han sido trasladados y ubicados “mareros” y pandilleros, catalogados en muchos casos como asesinos y psicópatas, acusados y sentenciados a decenas de años de cárcel por homicidio en serie. Según el régimen carcelario, importado igual como la ´arquitectura´ carcelaria de EE.UU., no pueden salir al aire libre más que una hora al día y a un cierto tipo de jaula. Para los familiares que no viven en Santa Bárbara, se hace sumamente difícil de trasladarse a la cárcel, tanto por la distancia como el costo del transporte. La grandísima mayoría de los presos son de familias pobres.

A esas cárceles son enviados hondureños que han ejercido su derecho de protestar lo que consideran irregularidades electorales, es decir, protestas como un derecho constitucional, sagrado en la Magna Carta. Cuando las protestas comenzaron tres días después de las elecciones el 26 de noviembre, el régimen instauró un toque de queda durante diez días. Decenas de hondureños fueron asesinados en sus propios barrios cuando las fuerzas del orden ingresaron para reprimir, otros fueron detenidos y “torturados” en las postas policiales, según varios reportes de los organismos de derechos humanos.

 La cárcel de máxima seguridad, llamado "El Pozo" en donde los presos políticos son mezclados con "mareros" y pandilleros de alta peligrosidad. FOTO: NOSQUEDACLARO

La trampa en el Hotel Marriot

Durante la movilización el 12 de enero en Tegucigalpa, en la cual participaron miles de hondureños en una marcha que se movía hacía la Casa Presidencial, fueron detenidos en los días posteriores varios manifestantes que dizque fueron identificados por videos o fotografías como responsables de gran vandalismo. Los ventanales del lujoso Hotel Marriot fueron destruidos por elementos que la oposición considera como “infiltrados”. Nunca antes había pasado que alguna manifestación había podido llegar al frente del Hotel Marriot. Pero ésta vez la valla del Ejército y de la Policía-Militar estaba protegiendo solamente la Casa Presidencial, una cuadra del Hotel.

Sobre estos antecedentes han sido detenidos dos hondureños; Raúl Eduardo Álvarez y Edwin Rovelo Espinal, éste último perdió su compañera el 25 de septiembre de 2009. El derrocado presidente Manuel Zelaya había regresado a Honduras en caminos clandestinos y se internó en la embajada de Brasil, “invitado por Lula”, que entonces era presidente en Brasil. En las afueras de la embajada en Tegucigalpa, se concentraba más de cinco mil personas “para proteger al Presidente Zelaya”.

En la madrugada comenzó el ataque por parte del ejército y los Cobras, policía militarizada, y debido a los gases de pimienta que disparaban las fuerzas uniformadas, la compañera de Edwin, Wendy Ávila perdió la vida. Sufría asma desde hace años.

En las redes sociales ha comenzado una guerra psicológica en donde opositores conocidos como Edwin Espinal, han sido señalados como autores del vandalismo y el intento de incendio que se hizo al Hotel Marriot el 12 de enero. Lo acusan no solo por el vandalismo, sino también por terrorismo e intento de homicidio a 140 personas, entre personal y huéspedes en el lujoso hotel de la cadena estadounidense hotelera más grande del mundo. 

Raúl Eduardo Álvarez y Edwin Rovelo Espinal, vestidos y tratados como fueran presos del campamento de concentración estadounidense en Guantánamo, Cuba, presos políticos hondureños.

Son 40 muertos y nada de investigaciones

¿Y los muertos en las protestas, los alrededores de 40 muertos, entre ellos 26 que son señalados de haber caído muertos por las balas de las fuerzas militares?

Hasta ahora, dice Santos, no hay ninguna investigación. Todo el esfuerzo y empeño de la Fiscalía está destinado de enjuiciar a los hondureños que han participado en las manifestaciones políticas contra “el fraude” y contra el gobierno de Juan Orlando Hernández.


Estos son los victimarios según el informe de Cofadeh, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, durante el lapso del 29 de noviembre hasta el 31 de diciembre. Hasta la fecha de hoy, se calcula que son alrededor 40 víctimas.
Doce de las primeras víctimas registradas después del "fraude electoral".

La representante de la ONU ha insistido al gobierno de Juan Orlando Hernández de NO usar la fuerza militar en las calles y NO usar armas de guerra como los fusiles que se ven en la foto, tomada el 20 de enero de 2018 en la colonia Villanueva en Tegucigalpa durante una manifestación totalmente pacífica. FOTO: DICK EMANUELSSON.

Video desde la Colonia Villanueva:
https://youtu.be/O0Y5NcJNkkk?list=PL3A72C7D44679EC8E