Sandra Vásquez con su bebé de cuatro meses luchan todos los días para la supervivencia en Honduras donde 4 de cada 5 trabajador se encuentra en el sector informal. FOTO: MIRIAM EMANUELSSON. |
Sandra Vásquez, vendedora de pan y madre de cuatro
hijos es integrante del inmenso Ejército del Sector Informal en Honduras
Por Dick &
Miriam Emanuelsson
TEGUCIGALPA 1º
de MAYO de 2019 / Centenares de miles de hondureños se encuentran en una
situación desesperada por no existir trabajo y posibilidad de entrar a un
mercado laboral caracterizado por salarios de esclavitud moderna. Según el
Banco Mundial cuatro de cada cinco trabajadores se encuentran en el sector
informal, en un mercado laboral totalmente deformado por el modelo impuesto de
los regímenes neoliberales en Honduras.
Las cifras por si solas hablan; durante los últimos
diez años, es decir desde el golpe de estado militar en Honduras (28 de junio
de 2009), la pobreza no ha disminuido sino ha aumentado con cinco por ciento. Según
Cepal 42 por ciento de los hondureños viven en extrema pobreza y 68 por ciento
sobreviven en pobreza. En el campo la situación es peor, ahí vive 6 de cada 10
hondureños en pobreza extrema.
El 67 % de la población en capacidad de poder trabajar
en Honduras se encuentra desempleada, a pesar que el gobierno de Juan Orlando
Hernández prometió crear para el año 2018 600 000 nuevas plazas de trabajo. Lo
que los economistas calculan serán 110.000 plazas MENOS para el 2019.
Pero ese panorama no solo queda en una situación
económica dramática con todas sus consecuencias. Para la mujer hondureña en
centenares de casos también significa la muerte.
Asesinadas 380 mujeres 2018
Según el criminólogo Nery Ordoñez, al incrementar la
pobreza de los hondureños, también se elevarán más las muertes violentas en el
territorio nacional. Durante 2018 fueron asesinadas 380 mujeres. Entre 2010 a
2018 murieron 26,403 mujeres [1]
en el peor feminicidio en el continente americano. Según el criminólogo los
motivos que influyen sobre esas muertes son la pobreza y la inseguridad. La UNICEF
ubica a Honduras como el segundo país más pobre del continente americano. Lo
anterior, con un Producto Nacional Bruto (PNB) per cápita de 1,000 dólares
aproximadamente.
Trabajando con su bebe en el pecho
Topamos con la joven vendedora de pan ese 1o
de Mayo en las calles de Tegucigalpa. Sandra Vazquez, de 32 años es madre de
cuatro hijos y vive con su esposo en la populosa y pobre colonia (barrio) Reynel
Funes al sur de la capital hondureña. Cuenta que la familia no posee de agua
potable o desagüe. Son miles de habitantes que son obligados de pagar caro por
el vital liquido que lo traen carrotanques. Esa es una de las razones visibles
el por qué centenares de hondureños emigran todos los días con las caravanas
hacia al Norte.
El bebé agarra el cable del micrófono, curioso para
ver quien comienza a hablar con su madre. Dice Sandra que el bebé ya tiene
cuatro meses y todos los días de la semana la acompaña en las calles polvosas y
calientes de Tegucigalpa donde buscan “el pan de cada día” para la familia.
·
Cuéntanos un poco sobre
la situación económica para Usted; ¿está vendiendo en la calle todos los días?
“Si, todos los días. La situación es bien difícil y
sólo con la ayuda de Dios . . . .”
·
Y desde temprano
en la mañana ¿Usted vende el pan?
“Salimos a las 7 de la mañana hasta que terminamos el producto, porque si no se arruina. Es bien duro”.
·
¿Usted misma
prepara el pan?
“Lo compramos en una panadería”.
·
¿Logra sostenerse
con la venta?
“Es bien difícil, está bien difícil. Porque unas veces
sale y a veces no vende nada. Nosotros vendemos en el Mercado y ahí hay días
que a veces ni para la comida se consigue”.
·
¿Se nota que la
crisis está presente en el país? Mucha gente ha sido despedida de su trabajo.
“Si, hay mucha gente que la han despedido y sus
derechos no son respetados”.
·
¿Usted tiene más
niños en la escuela?
“Son cuatro que tengo en la escuela y en el colegio y el
próximo va al Kinder”.
·
¿Está casada?
“Si”.
·
¿En qué colonia
vive?
“En la Colonia Reynel Funes, una colonia que
también la tienen olvidada. No llegan ayuda, no hay agua potable”.
·
Es decir, ¿una gran
parte de la población hondureña está olvidada por el Estado?
“Sí, sí, porque allí no entran ayuda. ¿No sé qué está
pasando”?